jueves, 14 de abril de 2016

INMUNOTERAPIA

CHAGAS-DIRECTO AL CORAZON 


La enfermedad de Chagas afecta a un gran número de habitantes de nuestro  país.

La región  norte y centro son las más castigadas. 

Investigadores de la Universidad Nacional de Luján y de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Buenos Aires desarrollaron en forma conjunta una vacuna inmuno terapéutica. 


Este método mejora sustancialmente el tratamiento de la infección producida por el Tripanosoma cruzi, y existe una marcada reducción del daño producido por el parásito.

“En este trabajo nos propusimos contribuir al desarrollo de estrategias terapéuticas, capaces de inducir una respuesta inmune que contrarreste el daño cardíaco causado por Trypanosoma cruzi”, dice Natacha Cerny, investigadora de la Universidad Nacional de Lujan. 

“Evaluamos en ratones infectados con el parásito, la administración del ADN que codifica para Cruzipaína, su principal proteína, una cisteín proteasa. Observamos que en los ratones disminuyó la carga de parásitos en sangre, aumentó la sobrevida y se redujo el daño en músculo cardíaco y esquelético característico de la enfermedad; mientras que esto no se observó en los ratones que se usaron como controles, es decir, los que no recibieron el tratamiento”, agrega Cerny, miembro del equipo de trabajo. 

Actualmente se desarrollan  distintos planes y estrategias para erradicar la vinchuca, el insecto vector que trasmite el parásito, principalmente en la zona norte. El tratamiento es efectivo durante la etapa aguda de la enfermedad. 

Según la Organización Panamericana de la Salud, existen en la Argentina  1.600.000 personas infectadas y más de 300.000 afectadas por cardiopatías de origen chagásico. 

Cerny señala que “la investigación y el desarrollo de una vacuna terapéutica es especialmente importante cuando nos referimos a la enfermedad de Chagas, si se considera la característica crónica de esta infección y la cantidad de personas infectadas con este parásito desde hace décadas en América”. 

Además aclara la científica que  “los agentes quimioterapéuticos utilizados hoy en día en el tratamiento poseen efectividad limitada y presentan alta toxicidad, así como graves efectos secundarios, no siendo efectivos durante la etapa crónica que se puede desencadenar 20 o 30 años luego de la infección. Es por ello que el desarrollo de vacunas imnunoterapéuticas es importante para contribuir al tratamiento de la infección”. 

Carlos Ribeiro Justiniano Chagas, médico brasileño, descubrió la enfermedad en 1909. En nuestro país el Dr. Salvador Mazza aportó una invalorable contribución en el estudio e identificación de las zonas afectadas. 

La enfermedad consta de dos fases: la llamada aguda, que dura dos meses aproximadamente, luego de contraerse la infección y suele ser asintomática.
Y la fase crónica, donde los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y en el digestivo. 

Hasta un 30% de los pacientes sufre trastornos cardíacos y hasta un 10% presenta alteraciones digestivas (agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. 

Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita o insuficiencia cardíaca por la destrucción progresiva del músculo cardíaco. 


Explica la investigadora “en nuestros laboratorios se trabaja desde hace 15 años bajo la dirección del Dr. Malichiodi en la búsqueda de distintas proteínas inmunodominantes del parásito, para el desarrollo de vacunas preventivas y terapéuticas, que puedan ser administradas solas o en conjunto, en modelos murinos (con ratones), así como también se estudia el uso de distintos adyuvantes y sistemas de ‘delivery’ que mejoren la respuesta”. 

La vacuna funciona valiéndose de una proteína presente en todos los estadíos del parásito, la Cruzipaína. Esta proteína logra un rol clave para generar una respuesta preventiva como vacuna. 


El trabajo de investigación utilizó la proteína como terapia en ratones infectados. Se pudo observar la reducción del daño muscular característico de la infección  por T.cruzi, en cortes histológicos de músculo, incluso en ratones tratados durante la etapa crónica. 

Los ratones tenían menor número de parásitos en sangre y tuvieron una sobrevida del 100%. 

Se disminuyó la inflamación en los tejidos y el daño en el corazón, característico de la enfermedad. 


El Trypanosoma cruzi en medio de glóbulos rojos
El tratamiento sería efectivo tanto al ser administrado en etapas tempranas como tardías de la infección; lo cual sería de suma utilidad para los pacientes que muchas veces son diagnosticados en forma tardía, donde los quimioterapéuticos tienen menor efectividad. 

La investigadora explicó que “estos resultados colaborarán en el diseño de un tratamiento multicomponente que incluya antígenos parasitarios clave para la inmunoprotección, que permitan disminuir las dosis empleadas en la actualidad de agentes quimioterapéuticos”

Informa Natacha Cerny que  “para una futura implementación faltarían pruebas más lejanas de los ratones y más cercanas a los humanos y, luego de eso, pensar en la producción y la comercialización”. 

Universidad Nacional de Luján- Marzo de 2016

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