jueves, 27 de octubre de 2016

TECNOLOGIA ANCESTRAL

EN LA TIERRA DE PATORUZÚ 

Imaginar la vida en los últimos  diez mil años en la provincia de Santa Cruz es un ejercicio fantástico. 

Analizar el desarrollo tecnológico, la forma e intensidad del uso del espacio por parte de las poblaciones de cazadores-recolectores que habitaron la zona, una tarea encomiable. 

Investigadores de la Unidad Académica Río Gallegos (UARG), del Instituto de Ciencias del Ambiente, Sustentabilidad y Recursos Naturales,  de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, (UNPA), iniciaron un relevamiento interdisciplinario en la cuenca del Lago Viedma. 

Los arqueólogos y geólogos buscan obtener información sobre un período que comprende desde los momentos iniciales del poblamiento hasta la ocupación Tehuelche (Aonikenk). 

Lago Viedma
El proyecto “Arqueología de la cuenca del Lago Viedma”, dirigido por el doctor Juan Baustista Belardi, marca la continuidad de trabajos realizados en los lagos Tar y San Martín. 

Se espera que aporten datos significativos para evaluar las formas de uso del espacio y la interacción de las primeras poblaciones humanas de la provincia, a partir de la circulación de rocas de procedencia conocida, la distribución de motivos rupestres grabados y los diseños de artefactos. 

Carballo, Súnico y Beraldi
En una investigación anterior el grupo –codirigido por la doctora Flavia Carballo e integrado por los doctores Alejandro Súnico y Gustavo Barrientos y la licenciada Patricia Campan– inició trabajos en el sector noreste del lago Viedma. 

En esta oportunidad, extenderá los relevamientos hacia el oeste, el este y la margen sur de esta cuenca lacustre. Buscarán información sobre un período que comprende desde los momentos iniciales del poblamiento hasta la ocupación histórica Tehuelche (Aonikenk) de los últimos 500 años. 

Centrarán en el análisis de la tecnología lítica (herramientas de piedra), los motivos rupestres, las arqueofaunas y las cronologías en la estepa, la meseta, las pampas intermedias y la costa del lago.  

De esta forma, junto al conocimiento generado anteriormente sobre las cuencas de los lagos Tar, San Martín y Argentino, podrán ajustar el paisaje arqueológico, evaluar cambios y continuidades a escala suprarregional. 

Con estos datos podrán discutir patrones acerca de la forma e intensidad del uso del espacio a lo largo del período histórico  de los últimos diez mil años (que incluye el actual), llamado Holoceno. 

Juan Baustista Belardi, director del proyecto, explicó que el objetivo es “conocer acerca de la tecnología de las poblaciones humanas que habitaron esa zona de la provincia, cómo manejaban los recursos faunísticos y el espacio, cómo circulaban, cómo se conectaban con otros segmentos poblacionales y encontrar respuesta a muchas preguntas que varían en escala y permiten relacionar distintas líneas de trabajo”

“Queremos saber cuándo se inició el poblamiento, cómo continuó en el tiempo, si fue persistente o discontinuo, qué características tuvieron las distintas ocupaciones, qué hacían, quiénes eran, que características tenían, por qué estaban ahí y no en otro lado y cómo se relacionaban con la gente de otros lugares”, manifestó Belardi. 

Además precisó que “en términos biológicos eran personas como nosotros, sapiens sapiens y fueron bastante exitosos, porque el gran problema que tuvieron fue el contacto con los europeos, que prácticamente los extinguió”. 

El análisis de la tecnología lítica y los motivos rupestres “brinda mucha información acerca de la circulación de ideas y técnicas” y en la zona “hay muchísimos materiales y objetos que dan la idea de permanencia, de algunas concentraciones de uno, dos o más grupos de cazadores recolectores dando vueltas en el lugar”, aseguró el doctor en Geología de la UARG. 

“Parte de este trabajo consiste en compartir las tareas de investigación con otras disciplinas, como por ejemplo la Geología o con otros arqueólogos que se dedican a abordar otros aspectos del proyecto de investigación”, comentó la doctora Flavia Carballo. 

“En el rango temporal que manejamos, de unos diez mil años, había diferencias climáticas significativas, pero básicamente el lago tenía la misma forma y la zona estaba habitada por cazadores recolectores con alta movilidad que cazaban básicamente guanaco, algunas veces choique, y manufacturaban artefactos que hoy los encontramos vinculados a fogones o en el medio del campo, a simple vista”, explica Carballo, fruto de este trabajo interdisciplinario, y la experiencia acumulada en largos años de investigación en distintas cuencas lacustres de la provincia. 

“Se destaca la tecnología que llegaron a desarrollar en materia de elementos para la caza. Primero eran armas arrojadizas, después ya propulsadas por arco y flecha, en un período más tardío; hay elementos de molienda, diferentes materias primas para la confección de artefactos, herramientas con diferentes filos”, graficó Belardi, en base a los rastros que dejaron esas poblaciones. 

Según el investigador de la UARG se trata de “una evidencia riquísima, porque es la tecnología desde una perspectiva espacial y temporal que nos permite saber no sólo qué hacían y cómo lo hacían, sino también dónde, para qué lo hacían de esta manera y no de otra”, elementos que al ser comparados “dan una información preciosa acerca de las adaptaciones humanas en un ambiente de altas latitudes, como es el lugar donde vivimos nosotros”. 

La información da cuenta de la interacción entre las poblaciones que habitaban las diferentes cuencas lacustres de la provincia. 

Carballo indicó que es posible apreciar la vinculación “a través de la circulación de determinados tipos de artefactos arqueológicos que están hechos con rocas como la obsidiana, que encontramos a 400 kilómetros o los grabados rupestres, que tienen semejanzas”. 

Siendo un territorio en el que predomina la erosión, el grupo de investigación encontró gran cantidad de material arqueológico en superficie y otras evidencias, como grabados rupestres, en cuevas y aleros de la zona. 

El director del proyecto consideró que se trata de “material muy vulnerable, porque está al alcance de cualquiera” y sostuvo que “hay que hacer esfuerzos todavía más importantes por su protección. Parte de la protección de este registro arqueológico empieza por su conocimiento”. 

El proyecto de investigación contempla desde los momentos iniciales del poblamiento hasta la ocupación histórica Tehuelche identificada en la reserva de Cerro Índice, ubicado en la margen este del lago Viedma. 

Tehuelches
“Los arqueólogos hablamos en general de poblaciones humanas, en este caso cazadores recolectores, y el término ‘Tehuelche’ se circunscribe a los últimos 500 años aproximadamente, que son las poblaciones que encuentran los españoles cuando vienen a esta zona”, expresó Carballo. 

Además explicó la investigadora que si bien “eran descendientes de las ocupaciones previas”, se diferencian en los cambios tecnológicos propios del contacto y en que “hay información escrita de cronistas y viajeros que convivieron con ellos”. 
Raspadores de vidrio y gres cerámico

Los estudios dan cuenta de “sitios que tienen una tecnología muy característica, con artefactos que se venían fabricando, como los raspadores, con rocas y esa materia prima es reemplazada por el vidrio, que es de origen europeo o por el gres cerámico”, aclaran los científicos.

La investigación “es muy importante porque brinda elementos no ya para conocer acerca de la arqueología de Patagonia, sino para conocer acerca de la diversidad humana, de la diversidad de adaptaciones de cazadores recolectores en ambientes de altas latitudes", concluye Belardi. 


UARG-UNPA- Octubre de 2016

jueves, 20 de octubre de 2016

HEPATITIS

CONOCER PARA CURAR 

Un monstruo nos espía cautelosamente. 

La mitad de los enfermos de hepatitis C desconoce que porta este virus, ya que no se padece ningún síntoma hasta llegar a una etapa aguda. 

Detectarlo con un simple análisis permite tratarlo hasta su erradicación total. 

El titular de la Cátedra de Gastroenterología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Fernando Bessone, subrayó la importancia de saber si se tiene el virus, y aclara que "en el último tiempo, fueron aprobados nuevos medicamentos para la cura definitiva". 

El doctor Bessone expresa: “La que más se sigue viendo en los consultorios médicos es la B”, y lo atribuye a que muchos adultos no se vacunan y a que tienen sexo ocasional sin usar preservativos. “Este virus es cien veces más contagioso que el HIV”, agrega. 


La hepatitis causa inflamación e infecciones agudas o crónicas del hígado. Su detección temprana, mediante un análisis de sangre, permite controlarlas. 

Se previene con vacunación en los casos de la A y la B, y con nuevos tratamientos se logra la cura del tipo C. 

La hepatitis C, es la principal causa de cirrosis, cáncer primario de hígado y trasplante hepático en nuestro país. Se registraron las tasas más altas de contagio entre las décadas del cincuenta y del ochenta, luego disminuyó debido a mayores cuidados y concientización. 

Estos favorables registros se deben al mayor cuidado y control en la esterilización del instrumental, y a la implementación de test previos a las transfusiones de sangre, desde 1992. 

A pesar de ello, la mitad de los enfermos de hepatitis C desconoce que porta este virus, porque no se padece ningún síntoma sino hasta padecer consecuencias irreversibles. 

“Es muy dramático que sigan apareciendo algunos hombres jóvenes en el consultorio con una cirrosis hepática y un tumor establecido”, afirma Bessone, jefe del Servicio de Gastroenterología y Hepatología del hospital Centenario, en Rosario. 

Se hace necesario difundir información a la población acerca de la mejor forma de prevenirlo, que es a través de un análisis de sangre y de un tratamiento que combina diversos fármacos. 

“Hace tres años en nuestro país comenzaron a implementarse nuevas drogas, prácticamente sin efectos adversos y muy bien toleradas, con una tasa de curación mayor al 90 %, y que a corto plazo alcanzará el 100 % en la mayoría de los escenarios que presenta la enfermedad”, afirma el investigador


Virus de la hepatitis C
En el mes de julio pasado, en Brasil, se celebró un simposio organizado por la  Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado. El doctor Bessone, junto a otros importantes expertos en hepatitis virales de la región, elaboró un documento sobre nuevos medicamentos aprobados, y que fueron publicados en la revista “Annals of Hepatology”. 

Un ejemplo contundente es la asociación en un solo comprimido diario de dos drogas (velpatasvir y sofosbuvir), con acción contra todos los genotipos del virus. 

La investigación clínica sobre este compuesto incluyó 720 pacientes, correspondientes a 81 centros pertenecientes a Europa, Estados Unidos y Hong Kong. El 99 % se curó y en algunos subtipos del virus C se logró la curación de todos los casos tratados.

“Estos números son realmente muy impactantes, además de darnos una respuesta definitiva a la curación de la enfermedad. La consecuencia es poder asegurarle al paciente que logrará erradicar la enfermedad definitivamente”, expresa el especialista. 

Este año fueron aprobados otros dos compuestos (grazoprevir y elbasvir), para ser indicados en forma conjunta en una única toma diaria. 

La seguridad y eficacia de este tratamiento, indicado por doce semanas, fue evaluado en 1.373 pacientes portadores del virus. En la mayoría de los casos la respuesta fue del 97 % para el genotipo 1 y del 100 % para el genotipo 4, curando incluso, a aquellos pacientes portadores de fibrosis hepática avanzada como la cirrosis.

Están en estudio dos nuevos agentes (ABT 493 / ABT 530), que también serán utilizados en un solo comprimido de dosis diaria, que se estima su aprobación a fines de 2016. 


Esta droga, además de tener acción contra todos los genotipos del virus, demostró una excelente tolerancia y seguridad. Fue utilizada con éxito y respuestas hasta el 100 % en pacientes que no habían recibido ningún tratamiento anterior y en aquellos que fracasaron con los esquemas terapéuticos actuales. 

En el congreso Europeo de Hepatología de Barcelona, se presentaron resultados muy alentadores, ya que se acorta el tratamiento a dos meses con respuestas también cercanas al 100 %. 

"No cabe duda de que se abre una nueva era en el tratamiento de la hepatitis C, con la aparición de nuevos compuestos lo suficientemente potentes como para curar a la totalidad de los pacientes”, sostiene Bessone. 

“Seguramente, a corto plazo, seremos también capaces de comprobar que esta cura puede realizarse en ocho semanas o en un tiempo menor; situación que era impensada hasta hace unos pocos años, tratándose de una enfermedad que todavía representa la causa más frecuente de trasplante hepático en el mundo”, completa el hepatólogo. 

La hepatitis puede ser ocasionada por una inflamación del hígado, con origen en diversas causas. Dentro de las virales existen distintos tipos de infección. 


La hepatitis A, se contagia por vía digestiva, (vía fecal-oral), alimentos, aguas o heces contaminados. Los tipos B y C se transmiten por transfusiones de sangre o contacto sexual. 

La aparición puede darse sin síntomas o simulando un estado gripal, con decaimiento, postración importante, pérdida de apetito, náuseas y vómitos. Puede aparecer fiebre no superior a 37,5ºC. 

El tipo A produce ictericia (coloración amarilla de la piel), y coloración oscura de la orina. En el tipo B esto ocurre sólo en el 20 % de los casos. El 28 de julio se proclamó como el  Día Mundial contra las Hepatitis. 


La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamamiento a los formuladores de políticas, profesionales sanitarios y la población para que “conozcan las hepatitis y actúen ya”. 

Insta a las personas a que se informen, tomen medidas para saber si están infectadas y y busquen tratamiento. Así se logrará reducir las muertes evitables por estos virus, prevenibles y busquen tratamiento. Así se logrará reducir las muertes evitables por estos virus, prevenibles y tratables. 

UNR - Facultad de Ciencias Médicas - Octubre de 2016



jueves, 13 de octubre de 2016

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

DRONES DE BAMBU PARA SEGUIR VOLANDO 

Desde hace varios años, los drones, surcan el espacio internacional. 

Inicialmente se crearon con fines bélicos, pero luego fueron utilizados con fines comerciales, civiles y de entretenimiento. 

En los países con menos desarrollo tecnológico llegaron algún tiempo después. 

En los últimos años, empezaron a construirse en nuestro país, con distintos grados de sofisticación y fines, en el INVAP (Investigaciones Aplicadas- empresa estatal de alta tecnología de Bariloche), en Córdoba, en Buenos Aires y en Tucumán, entre otras provincias. 

Gustavo Juárez, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), comenta que en la facultad adquieren “drones abiertos”, por piezas separadas para luego ensamblarlas y programarlas. Y comenzaron a desarrollar su estructura de bambú, para otorgarles valor agregado. 

En la actualidad, adquirirlos, es relativamente sencillo desde cualquier parte del mundo, incluyendo los modelos más sofisticados. 

Existe un desafío para regiones como el Noroeste Argentino y especialmente Tucumán: ser capaces de programar drones, repararlos, potenciarlos y adaptarlos a los diferentes usos y al contexto de cada región. 


La planta de bambú, es muy utilizada en la construcción sustentable. Posee rigidez y maleabilidad, resulta una excelente opción para reemplazar a algunos productos contaminantes y, además, crece a gran velocidad. 


Casa de bambú en Indonesia
El bambú es originario de la India, llegó al Noroeste Argentino a finales del siglo XIX. En Tucumán forma parte de la cultura campesina y está íntimamente relacionado al desarrollo de la industria azucarera. 

“El nuevo material, sirve principalmente para reemplazar la estructura del dron cuando sufre algún daño, porque el bambú tiene la ventaja de ser muy liviano y resistente, además de ser ecológico y encontrarse fácilmente en la provincia”, indica Juárez

Aclaró el investigador que en el caso de los vehículos aéreos a rotores, las principales fallas suelen presentarse en la estructura y la hélice. 

“La FACET adquiere las estructuras, placas navegadoras, rotores, baterías, cámaras y en el laboratorio hacen la integración electrónica de esos componentes y generan los algoritmos inteligentes para la navegación autónoma”, comenta el científico. 
FACET-UNT


La inteligencia artificial implica usar una serie de técnicas que facilitan las tareas a los seres humanos. 


Los algoritmos desarrollados por el equipo de investigación, permiten programar la placa controladora de vuelo, dotan de cierta autonomía al dron,  le permiten cumplir un objetivo y volver al punto de partida, tomando las decisiones correctas. 

De esta manera, son capaces de superar obstáculos en el trayecto y de sortear las inclemencias climáticas. 
“No sólo se propone armar y programar los drones en la misma facultad o desarrollar su estructura de bambú, sino que se busca aportar un servicio integral para la agricultura de precisión”, aclara el investigador. 

Esta iniciativa se materializa en conjunto, a través de un convenio con la Estación Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) para prestar un servicio a los agricultores. 

Juárez y su equipo, integran un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) de la Nación, con la idea de cooperar con los agricultores de la región, a través de la EEAOC. “Buscamos que el agricultor no sólo sepa el estado de humedad del suelo, cuáles son las zonas afectadas por plagas sino que, además, pueda identificarlas en terreno y así actuar en consecuencia”, describió el director del laboratorio. 

Muchas veces se adquieren sofisticados sistemas de navegación aérea pero se carece del software necesario para procesar las imágenes. Otras veces se rompen piezas y cuando el dron viene cerrado no puede repararse. “La ventaja de una programación local de los drones es que podemos redirigirlos, reprogramarlos, repararlos y ayudar a interpretar imágenes, a un precio más accesible que los que se consiguen afuera”, precisó el investigador. 

“Por ahora se trabaja con drones multi-rotores, similares a helicópteros, que realizan vuelos estacionarios sobre un punto fijo en el espacio mientras realizan tomas”, explicó el docente de Exactas. 

“En breve empezarán a trabajar con drones tipo aviones, conocidos como alas volantes, que realizan vuelos pasantes más apropiados, según su criterio, para la agricultura de precisión”, vaticinó Juárez. 


UAV RO 350, ala volante
 de 3,5 mts de envergadura.
Puede volar a muy  baja  velocidad
y despegar en pistas cortas
La ventaja de estas alas es que, por su forma, son más sustentables. Pueden planear economizando batería, son capaces de recorrer más distancia y, por lo tanto, dan un panorama más acabado del campo en observación. 

Juárez consideró que el aporte más logrado que realizan es desarrollar algoritmos de inteligencia artificial, que se despliegan en ciertos lugares del mundo y que Tucumán no quede afuera. “De esa forma, desde la UNT aportamos a la ciencia, y con el proyecto de agricultura de precisión somos capaces de llevar todo lo que hacemos dentro de la universidad a la sociedad”, concluyó el investigador. 

Los drones más grandes del mundo pueden recorrer cien kilómetros de ida y cien de vuelta con control automatizado, (algo así como 3.000 campos de fútbol en un solo vuelo). Las minas abiertas más grandes del mundo, en Chile, ya los usan para tareas de topografía. En Medellín, los emplean para inspeccionar sus líneas de alta tensión, que suelen ser blanco de ataques de la guerrilla local. 


En lo civil, los drones se usan, para detectar fallas estructurales en edificios o puentes; en la agricultura y la ganadería, para sobrevolar y tomar imágenes de los campos. Se los utiliza en materia de seguridad, para detectar delincuentes furtivos, prevenir delitos o prestar apoyo aéreo en incendios u otros desastres naturales, por su velocidad de vuelo y porque no hay riesgo de perder vidas humanas durante la actividad. 


También se los emplea para la búsqueda de personas extraviadas en la montaña, y para el control fiscal en Argentina sirven para sobrevolar terrenos que fueron declarados al fisco como baldíos. Otro empleo tiene que ver con la vigilancia en las fronteras. 

Los vehículos aéreos no tripulados se utilizan para profundizar la investigación científica en diferentes disciplinas como la arqueología, topografía, biología, etcétera. Se utilizan para estudiar la ruta de un huracán o para reproducir la ruta de aves en libertad. 

UNT - Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología- Octubre de 2016

jueves, 6 de octubre de 2016

TERREMOTOS



CUANDO LA TIERRA TIEMBLA!!! 


Nuestro mundo tiene su corazón  temblando. 

El centro de la tierra, formado por metales incandescentes, soporta la deriva imperceptible pero constante, de la corteza terrestre. 

Las fallas geológicas son la más clara expresión de este movimiento. 

En la Universidad Nacional de Cuyo  (UNCuyo), estudian el mejor modo de gestionar el peligro sísmico. 

Las investigaciones apuntan a conocer las diferentes formas en que construcciones similares reaccionan frente a movimientos sísmicos con distintas frecuencias de ocurrencia en una misma área. 

Arnaldo M. Barchiesi, ingeniero civil, y máster en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural, es quien dirige la investigación llamada “Efectos de sitios sísmicos en el área urbana del Gran Mendoza: aportes para la actualización de la microzonación sísmica de la misma”. 

Un claro ejemplo es imaginar una bandeja llena de gelatina. En ella apoyamos un vaso de vidrio, otro de plástico y clavamos un chupetín. Al sacudir la misma, la forma en que se mueven los objetos depende de sus propias características y de la consistencia y espesor de la gelatina. 

Esto es lo que ocurre con los movimientos sísmicos. Los investigadores verificaron que construcciones similares, situadas en sitios diferentes de una misma área, responden de distintas maneras. El estudio de los “efectos de sitio”, indica cómo llegan a la superficie los efectos sísmicos según la influencia y perfiles del terreno. 
Los reglamentos que estiman la solicitación sísmica de un lugar necesitan ser actualizados. Los efectos de sitio fueron dejados de lado en su estimación. 

Afirma Barchiesi, jefe del Área Geotecnia del Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (Imeris): “está poco estudiado e investigado en nuestro medio”. 

“Sería necesario y conveniente que quienes están preocupados por la planificación y el desarrollo urbano de nuestras ciudades estuvieran interesados en este tema. Esto afecta a la planificación, al diseño sismorresistente y al conocimiento de la vulnerabilidad, es decir, poder estimar qué nivel de daño sufrirían las construcciones en casos de terremotos con distintas frecuencias de ocurrencia”, indica Barchesi,  que es además profesor titular en las cátedras Mecánica de Suelos y Rocas I y II en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo. 

Mendoza Capital
“Éste debería también ser tema de interés para los responsables de los aspectos vinculados con la planificación urbana y con el desarrollo inmobiliario, industrial y de infraestructura, no sólo en nuestra zona, sino también en regiones sísmicamente menos activas”, agrega el investigador. 

El equipo liderado por Barchiesi, está formado por Francisco Mingorance, Juan Pablo Ibáñez, Antolín Porras, Mario Carlos Vacirca y Hugo Martín Placci. Pudo comprobar en sus investigaciones, que en las zonas con suelos gruesos y densos (gravas), se producen amplificaciones reducidas o moderadas de las aceleraciones que afectan las altas frecuencias, (o bajos períodos correspondientes a estructuras bajas o rígidas). 


En las zonas con suelos finos y sueltos, (como los limos), ocurren amplificaciones significativas de las aceleraciones que afectan las bajas frecuencias, (o altos períodos que corresponden a estructuras elevadas o flexibles). 

Además los especialistas verificaron que los contrastes de rigidez en los suelos resultan un factor causal de amplificaciones o modificaciones en la respuesta sísmica de un sitio. Estos contrastes tienen lugar en presencia de suelos con rigideces muy diversas en distintas profundidades de un mismo sitio. 

En forma paralela, dentro de la UNCuyo, José Mescua es uno de los autores del libro “¡Está temblando! Origen, efectos y consecuencias de los sismos”, publicado por Ediunc (la editorial de la UNCuyo).  

El estudio, ubicación y caracterización de las fallas geológicas es fundamental para decidir el ordenamiento territorial y las reglamentaciones de construcción en una de las zonas con mayor peligrosidad sísmica del país.  

“Un conocimiento más detallado sobre cómo son, dónde están y cómo fue su comportamiento en el pasado no nos va a permitir predecir cuándo va a suceder un sismo, ni cómo se van a comportar en el futuro, ya que son un sistema muy complejo y que varía en el tiempo. Pero sí es importante que todas las actividades, como el ordenamiento territorial y las normas de construcción sismorresistentes tengan en cuenta ese conocimiento”, aclara Mescua al indicar la importancia de estudiar las fallas. 

“Las normas sismorresistentes vigentes se actualizaron en 2013 y, después, cada municipio debía adherir a esas leyes. Pero esta reglamentación no contempla, por ejemplo, factores que tengan en cuenta la proximidad a las fallas”, agrega el investigador. 

Mendoza esta instalada arriba de una zona llena de fallas y el mayor daño se produce en la zona cercana a la falla. Debe considerarse la deformación del terreno cuando se levanta un bloque respecto del otro. Ningún edificio que esté construido arriba soporta eso, por más sismorresistente que sea. 

“Toda esa información debe ser tenida en cuenta para la planificación urbana, para saber dónde se pueden hacer qué actividades. En el caso de que se produzca un evento es importante, por ejemplo, qué edificios esenciales como hospitales o escuelas, que pueden servir de refugios, estén instalados en lugares lo menos peligrosos posible para que estén activos. Es importante empezar a tenerlo en cuenta porque, si no, los costos van a ser altísimos cuando ocurra un terremoto”, indica Mescua. 

“La gente sabe que está en un lugar sísmico, con un peligro elevado. Incluso maneja palabras técnicas; ha escuchado hablar de fallas, pero cuando pasa un tiempo de los temblores se olvida del tema. Por eso nos parecía importante aprovechar este espacio que genera la Ediunc para dar información técnica de manera sencilla y ponerla al alcance de todos”, completa el geólogo e investigador al hablar del libro y la sensación de los habitantes de la región. 

Es importante que estos estudios sean divulgados para generar mayor confianza en el conocimiento del sistema sísmico. Es la mejor herramienta para reducir los daños, y enfrentar los terremotos de la mejor manera. 

Mendoza convive con temblores que son frecuentes, a veces más perceptibles que otras. Existen antecedentes de terremotos muy fuertes. Las investigaciones de esta índole deberían llamar la atención y ser tenidas en cuenta para la adopción de las medidas necesarias, tanto a nivel municipal como provincial y nacional. 

UNCuyo- Septiembre de 2016