La vitamina D es un nutriente fundamental.
Como toda vitamina, nuestro organismo no puede sintetizarla. Debemos ingerirla con nuestros alimentos. Aún así, con la dieta incorporamos la provitamina que luego será convertida, (gracias a la luz del sol), en vitamina D.
Además de sus múltiples beneficios, se agrega ahora la comprobación sobre el retardo de envejecimiento y mejora de la función de las arterias, aún antes del daño vascular.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO) estudiaron los efectos de la vitamina D en las células de fenotipo precursor endoteliales.
Éstas, son células derivadas de la médula ósea y desempeñan un papel importante en la reparación del endotelio (tejido que tapiza el interior de los vasos sanguíneos).
Los investigadores realizaron ensayos en animales de experimentación y comprobaron los efectos protectores de esta vitamina en las arterias. No sólo ayuda a reparar el endotelio, sino que retarda su envejecimiento, mejora su función, su estructura y disminuye el colágeno, causante del endurecimiento las arterias.
El equipo de investigación está dirigido por la doctora en Biología María Peral de Bruno, y participan los doctores Claudio Joo Turoni, Ariel Alberstein, Juan Muntaner, Juan Carlos Santos, Alfredo Coviello y el bioquímico Pablo Saguir. Además integran el grupo estudiantes de Medicina: Hassan Chabán, José Pallier, Magdalena Frías Silva, Gaspar Olaso, Julieta De Boeck e Irina Mamaní.
Alberstein, primer autor del trabajo, aportó la idea de trabajar con las células progenitoras endoteliales.
El especialista explicó que si bien la vitamina D fue postulada hace tiempo como factor de protección cardiovascular, esa hipótesis luego fue desechada.
“Nosotros volvimos a tomar ese tema pero con aparatología más compleja como el citómetro de flujo, que nos permitió definir la presencia de estas células sobre un tejido y actuar de modo preventivo, porque las arterias de las ratas de experimentación que usamos son sanas”, detalló Ariel Alberstein.
Los investigadores estudian el endotelio y los problemas arteriales o vasculares desde hace más de quince años, pero recién en el último año empezaron a desentrañar los efectos de la vitamina D sobre estas células y el sistema vascular.
“Administraron vitamina D en forma oral y diaria a estos animales, durante cuatro semanas. Luego realizaron controles para verificar la función vascular y la liberación de óxido nítrico (que es una sustancia protectora del endotelio)”, explica Peral de Bruno.
Los científicos comprobaron que se aumentaron los niveles de óxido nítrico en las arterias de las ratas de experimentación y se protegió la nueva población de células endoteliales.
Además, los investigadores verificaron que el tejido arterial se volvió más efectivo porque aumentó su capacidad de contraerse y relajarse.
“En nuestra investigación comprobamos que las arterias de las ratitas a las que suministramos vitamina D envejecían más lento, mejoraban la función, disminuía la carga de colágeno y no se alteraba la presión arterial”, precisó Joo Turoni.
“La vitamina D se utiliza en pacientes con daño renal y el nuevo aporte de esta investigación es comprobar sus efectos en la protección vascular desde el inicio, es decir, desde antes que se produzca el daño”, agregó el doctor JooTuroni.
Este trabajo sigue un modelo traslacional, es decir, que se lleva del laboratorio al paciente.
La investigación traslacional se basa en trasladar los conocimientos derivados de la investigación básica a la prevención y tratamiento de los problemas que se detectan en la clínica.
Presenta como objetivo reducir la distancia entre los resultados del laboratorio y la atención de los pacientes, implica utilizar el concepto “Del laboratorio a la cama del enfermo”.
Por esto, medirán el efecto de la vitamina D, en pacientes que ya utilizan el nutriente pero por problemas renales. Realizarán un monitoreo por medio de citometría de flujo y de otros estudios complementarios como la medición de la función vascular, de la función endotelial y de los niveles de óxido nítrico.
En una etapa posterior, se observará si es que la vitamina D también tiene efecto preventivo secundario en pacientes que tengan hipertensión arterial y otras patologías cardiovasculares.
Peral de Bruno opinó que “sólo con una muestra de sangre podemos predecir si esas células están aumentadas y reforzar la ingesta de vitamina D para reparar y hacer prevención secundaria, en pacientes con enfermedad cardiovascular”.
“La investigación muestra una nueva faceta de este nutriente, que podría proteger las arterias de las personas, incluso antes de que ocurra el daño vascular”, sintetiza Joo Turoni.
Los investigadores recibieron el Premio Bicentenario por su presentación durante el Tercer Congreso Multidisciplinario de Cardiología, que se realizó en Tucumán. En él participaron más de 500 profesionales y se presentaron alrededor de cien investigaciones.
El Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO) es el primer instituto de doble dependencia en Tucumán (Conicet-UNT), y está conformado por cuatro grupos de trabajo: el de Biología del Desarrollo, Bioquímica de la Nutrición, Fisiología y Bioingeniería.
Está ubicado en Chacabuco 461 en San Miguel de Tucumán y reúne a un centenar de personas entre investigadores, administrativos y personal de apoyo.
UNT- Facultad de Medicina-Junio de 2016
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