COSTUMBRE SALUDABLE
En ambas márgenes de nuestro Rio de la Plata es una buena costumbre el consumo del mate, ya sea con bombilla o como mate cocido.
Este popular hábito se extiende al interior de ambos países. No sólo por su aroma y
sabor característicos que lo convierten en único, sino por sus cualidades
nutricionales y beneficios para la salud.
Científicos de la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad Nacional de Rosario
(UNR) y del Uruguay se reunieron para divulgar sus trabajos científicos
acerca de los efectos beneficiosos de este producto en el organismo. Investigan
también los efectos sobre los huesos.
Lucas
Brun, miembro del Laboratorio de Biología Ósea de la Facultad de Ciencias
Médicas de la UNR, llevó a cabo un trabajo en ratas para evaluar el efecto de
la yerba mate sobre el tejido óseo.
“Los
animales fueron divididos en grupos experimentales y los que recibieron una
infusión de yerba en reemplazo del agua mostraron un efecto positivo sobre la
densidad mineral ósea, congruente con lo hallado previamente y un aumento del
volumen del hueso trabecular, el más sensible a los cambios producidos por la
osteoporosis”, explica el investigador.
“Sin
embargo, la yerba mate no fue capaz de revertir el efecto negativo del bajo
contenido de calcio sobre las propiedades biomecánicas óseas”, aclara Brun.
El científico continuó la investigación para determinar la concentración de
componentes de la yerba mate con potencial efecto sobre el tejido óseo y las
células osteoblásticas, que son las encargadas del mantenimiento, crecimiento y
reparación del hueso.
“Los resultados
arrojaron que no había diferencias significativas en los componentes (calcio,
fosfato, flúor, cafeína, polifenoles) ni en la capacidad antioxidante entre las
diferentes marcas comerciales de yerba mate evaluadas”, comenta el también
investigador del Conicet.
Los efectos positivos a nivel del hueso podrían
deberse, al menos en parte, al incremento de la sobrevida de los osteoblastos,
según los datos obtenidos.
Esta infusión posee un gran poder antioxidante debido
a su alta concentración de polifenoles, compuestos que mejoran las
defensas naturales del organismo y lo protegen del daño celular. También
contiene vitaminas del grupo B, esenciales para las funciones corporales
como la producción de energía y de células rojas de la sangre.
El mate,
además, aporta cantidades variables de vitaminas, siendo B1 y B6 las más
importantes porque cubren el 72,3% y 37,2% de la ingesta diaria recomendada
para estos nutrientes en hombres y mujeres adultos entre 18 y 50 años de edad,
según expuso Ana Eugenia Thea, integrante del Laboratorio de Yerba Mate de la
Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Misiones.
La yerba cubre
un 20,3 % de la ingesta diaria recomendada de magnesio para la misma población,
un 13,5 % del requerimiento diario de hierro establecido para hombres adultos y
un 6,2 % de la necesidad diaria establecida para las mujeres en edad fértil.
El
potasio que contiene es un mineral esencial y necesario para el correcto
funcionamiento del corazón y el magnesio ayuda al cuerpo a incorporar
proteínas.
Asimismo, resultados de un estudio científico, realizado por
investigadores de la Universidad Juan Agustín Maza, de Mendoza, confirman que
el consumo de la yerba mate ayuda a
reducir el colesterol malo y los triglicéridos.
Entre las propiedades
biológicas, los investigadores destacaron su actividad antioxidante, los
efectos anticarcinogénicos, antidiabéticos, antiobesidad, hipocolesterolémicos,
antihipertensivos, cardioprotectores, antiinflamatorios, antibacterianos,
antifúngicos, antivirales y antiparasitarios, además de propiedades protectoras
contra la osteoporosis y enfermedades
neurodegenerativas como la de Parkinson, efectos estimulantes del sistema
nervioso central y propiedades diuréticas y coleréticas.
Una hipótesis
indicaba que el consumo de cafeína tenía impacto negativo sobre la densidad
mineral ósea (DMO) y el riesgo de fractura, particularmente cuando el calcio
estaba por debajo de los requerimientos. La DMO es una determinación clínica
que se usa para ver cómo está el hueso, una especie de radiografía del
mismo.
Sin embargo, una investigación realizada por el equipo de la
Universidad de Mendoza, hace cinco años, halló mayor densidad mineral ósea en
columna lumbar y en cuello femoral en mujeres postmenopáusicas que tomaban al
menos 1 litro de mate por día en comparación con otras que no lo bebían.
“Ese efecto no repercute desde el punto de
vista fisiológico, o sea, sólo con tomar mate no se cura la osteoporosis. Si
fuese así, en Argentina y Uruguay tendríamos una prevalencia de esta enfermedad
mucho más baja que en otros países. Es decir, que si bien tiene un efecto
positivo, éste no alcanza para que funcionalmente sea importante”, comenta
Brun.
En la actualidad, con el subsidio económico del Instituto Nacional de la Yerba
Mate, el investigador desarrolla estudios sobre el tema pero con una nueva
investigación, que tiene el fin de suplementar la yerba mate para poder
encontrar efectos más relevantes.
Los compuestos bioactivos no sólo
existen en la yerba mate. El té y el vino también contienen polifenoles. “Nosotros le damos ese crédito a la yerba
porque es lo que consumimos, es cultural”, afirma el doctor en Ciencias
biomédicas.
“Si yo lograra que se pueda
suplementar la yerba mate llegaríamos a toda la población, independientemente
del sector social y las condiciones económicas”, enfatiza Brun.
Y aclara que: “no
estaríamos frente a un tratamiento, sino a una bebida que ayuda por sus efectos
positivos”.
UNR - Facultad de Ciencias Médicas - Octubre 2017
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