
Las proteínas son las protagonistas de la vida.
Una de ellas, la proteína “Mitf” se encuentra involucrada en el desarrollo del cáncer de piel más peligroso, el melanoma.
Un científico de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), integra la investigación que podría ayudar en un futuro, al diseño de nuevas terapias. Además estudia los vínculos entre melanoma y parkinson.
Diego Ploper, es egresado de la Licenciatura en Química en la UNT. Desarrolló la investigación en el laboratorio de Edward De Robertis, en la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles. Allí Ploper se doctoró en Química bajo la dirección de De Robertis. Actualmente, Ploper integra el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO), de doble dependencia entre la UNT y el Conicet.

Toda célula cumple el ciclo de la vida. Nacer, crecer, desarrollarse y morir. Esta muerte programada, cuando sus funciones declinan, se llama “apoptosis”. Las células cancerígenas no producen apoptosis, por lo cual son “eternas”.
Además, otro avance de la investigación, permitió conocer que esa proteína estimulaba una vía de señalización, la del Wnt, que está vinculada al cáncer.
El equipo de científicos experimentó con líneas celulares de melanoma de pacientes del Hospital de UCLA y también con modelos de embriones de ranas (Xenopus laevis).

“Antes de aplicar algo a un sistema, ya sea para curarlo o para desarrollar tecnologías, uno debe adquirir un entendimiento profundo de cómo funciona ese sistema”, reivindicó Ploper sobre la importancia de la ciencia básica.
Por ese motivo, se mostró esperanzado en que su trabajo en el futuro pueda servir de base para apuntar a nuevos blancos terapéuticos, como al desarrollo de nuevos fármacos y terapias.

Numerosas investigaciones científicas avalan una curiosa relación entre Parkinson y melanoma. Los pacientes con melanoma multiplican por cuatro el riesgo de desarrollar Parkinson y viceversa, pero aún se desconocen las causas de esa probabilidad.
Ploper se unió al INSIBIO con la idea de aportar sus conocimientos en melanoma a las líneas de investigación de Parkinson que se siguen en Tucumán.

Otra conjetura es que, de manera similar al caso del melanoma, la alteración de los lisosomas vuelve más difícil degradar esas fibras nocivas.
El joven investigador de 38 años, estima que su trabajo se facilitará con los nuevos microscopios adquiridos por la Universidad y con la próxima creación de un instituto especializado en cultivos celulares, que tendrá triple dependencia entre el CONICET, la UNT y el Ministerio de Salud de la Provincia.
UNT- Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia-Septiembre de 2017
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