
Al pensar en “cero absoluto” es inevitable sentir la sensación de frío invernal. Después de jornadas agradables en temperatura, parecidas a “un veranito”, han sobrevenido nuevamente bajas marcas térmicas.
A pesar de los frios y la baja sensación térmica que nos aquejan en invierno, esas temperaturas están muy distantes de lo que podría ser una baja temperatura.

Existen datos contundentes: la temperatura más baja del planeta se registró en 2010 en el este de la Antártida y era de -94° C, en tanto que en el universo la temperatura promedio es de -270,4 °C.
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Pastoriza-Encina-Pedrazzini y Tosi del Instituto Balseiro de Bariloche |
Si asiduamente usamos el cero grado centígrado (0ºC), ¿De qué trata el cero absoluto? La respuesta está en la manera en que se mide la temperatura.

“Por lo tanto, uno puede pensar que al ser posible disminuir la temperatura de un sistema, entonces, debería poder llegarse a un valor (cero) de temperatura para el cual no haya movimiento interno de sus constituyentes. Sería una especie de estado ultracongelado de cualquier material o sistema", señala el investigador.
Es decir, que no importa de qué sustancia, material o sistema se hable, tal sistema enfriado hasta el cero absoluto de temperatura tendrá todas sus partículas constituyentes inmóviles, no habrá energía interna de movimiento.
"Vale la pena aclarar que la mecánica cuántica -la rama de la física que describe los fenómenos a escala atómica y molecular- predice que aún en el cero absoluto de temperatura habrá cierta energía de movimiento de los componentes de un sistema que no podrá eliminarse, así es que esta energía se denomina energía de punto cero de un sistema", aclara Budini.

“Una diferencia de temperatura de un grado centígrado es lo mismo que una diferencia de temperatura de un grado Kelvin. Por lo tanto, si estamos en un día de primavera con una temperatura ambiente agradable de 21 ◦C podemos también decir que la temperatura ambiente absoluta es de 273,15 + 21 K = 294,16 K", continua Budini.

"Significa que alcanzaron temperaturas tan bajas como 0,0000000001 K", destaca el científico.
Pero ¿para qué sirve llegar a una temperatura tan baja?

“Existen diferentes escalas para medir temperaturas: las más conocidas son las escalas Celsius (◦C) y Fahrenheit (◦F), pero existen otras como las escalas Rankine (◦Ra), Rømer (◦Rø), Newton (◦N), Delisle (◦D) o Réaumur (◦Ré). Cada una de ellas ha sido ideada dando valores a dos temperaturas para las cuales ocurran fenómenos físicos claramente observables y luego subdividiendo el rango entre ambas en partes iguales”, clarifica el especialista.

UNL - Facultad de Humanidades y Ciencias- Octubre de 2017
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