Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON.
Estar de
buen humor…, con buen funcionamiento cognitivo…, eficientes en el momento de
resolver situaciones problemáticas…, activos y con ganas de hacer cosas nuevas,
puede lograrse sólo dándonos un tiempo para el descanso y dormir bien durante
la noche.
En la Universidad Adventista del Plata, las docentes Silvia Fontana,
Waldina Raimondi y María Laura Rizzo estudiaron los vínculos entre el sueño y
la atención en estudiantes universitarios.
Explican que el sueño es un estado donde la conciencia decae
-pero es reversible, periódico y natural-, y abarca a todos los órganos y
sistemas del organismo. Es un proceso que engloba estados diferentes
denominados sueño lento y sueño MOR (movimientos oculares rápidos) cuya función
es reponer las energías y fijar la memoria, entre otras.
La magister Fontana explica
: “La calidad de sueño es la percepción
que tiene una persona sobre su proceso de dormir, el cual depende de la
cantidad de horas. O sea, es la evaluación que una persona hace acerca de si
duerme bien de noche y el funcionamiento durante sus actividades diurnas. Las
alteraciones del sueño son las que impiden a la persona tener un proceso de
sueño reparador. Se pueden nombrar las más conocidas como el insomnio (no
poder dormirse o despertar durante la noche y no poder volver a conciliar el
sueño), las parasomnias (sonambulismo, síndrome de piernas inquietas,
hablar dormido), apneas (por ejemplo, los ronquidos)”.
Para conocer el nivel de atención de una persona, los neuropsicólogos
han desarrollado pruebas objetivas para poder medir sus diferentes componentes.
“Estamos constantemente invadidos por estímulos, sin embargo, no
prestamos atención a todos. La atención es un proceso mediante el cual una
persona puede seleccionar entre los múltiples estímulos sensoriales, la
información útil y necesaria para hacer cualquier tarea de la vida de manera
eficaz (estudiar, trabajar, hacer un deporte) y suprimir aquellos estímulos que
no son significativos. Una persona reconoce el nivel de atención cuando es
consciente de que ha podido estar focalizada y sin distraerse al realizar una
tarea”, aclara la investigadora.
En base a los estudios realizados,
indican que la privación parcial de sueño y/o la mala calidad de sueño, influye
en la vida de los estudiantes. El hecho
de no tener una buena calidad de sueño se relaciona con padecer somnolencia
diurna (excesivo sueño durante el día), afecta el rendimiento en actividades
motoras y cognitivas (prestar atención en una clase, resolver problemas,
estudiar, rendir un examen), sobre el humor (produciendo irritabilidad,
impaciencia, ansiedad, depresión) sobre el metabolismo, el funcionamiento hormonal (se relaciona con
la obesidad y el síndrome metabólico) e inmunológico (mayor tendencia a padecer
enfermedades).
Se ha observado que una mala calidad de sueño, se relaciona con
un mal rendimiento académico (puesto que afecta la atención y la memoria).
Dice Silvia Fontana: “Padecer somnolencia diurna, es
un componente significativo de la calidad de sueño, afecta el funcionamiento
psicosocial del individuo de la misma manera que lo hace el consumo de alcohol:
una persona que no ha dormido bien tiene afectada su capacidad cognitiva de
atención de la misma manera que una persona que ha tomado alcohol. Por ellos
nos preguntamos: ¿es lógico para un estudiante universitario antes de estudiar
o rendir un examen tome alcohol? Entonces ¿por qué no dormir bien?”
En la
sociedad en que vivimos se ha disminuido
en 2 horas el promedio del sueño, en estos últimos 40 años. Para mejorar la calidad de sueño, primero
debemos conocer su importancia en nuestra vida cotidiana. Se considera muchas
veces que dormir es perder el tiempo, pero esto no es así.
Es fundamental
trabajar sobre los hábitos de higiene del sueño. El primero es mantener un
ritmo regular de horarios para dormir y levantarse. Limitar el uso de
computadoras, celulares y televisión, en especial a la hora de irnos a dormir,
ya que esto no favorece el inicio del
sueño. Mejorar hábitos alimenticios (no comer excesivamente en la cena, por
ejemplo) y realizar actividad física regular durante las horas del día. Una recomendación
importante es mantener una buena organización del tiempo de estudios y de recreación.
Univ.Adventista
del Plata- Rev.Argentina Investiga –Mayo-2015
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