EN
DEFENSA DEL ECOSISTEMA
Hace más de un cuarto de siglo, la labranza de las
tierras consistía en eliminar los rastrojos, arar removiendo la tierra, y luego
sembrar.
La práctica de la siembra directa, revolucionó la laboriosa tarea. Ya
no se hacía imperioso eliminar los rastrojos. Un simple hoyo en el suelo para
contener la semilla facilitaban las cosas. Claro que sí eran necesarios los
agroquímicos.
Hoy, en la Universidad de Luján (UNLu), se investiga la reducción de la fauna del
suelo por efecto de la compactación y el uso excesivo de agroquímicos en el campo.
Los
investigadores hipotetizan que no sólo
la actividad de la fauna del suelo, sino también sus efectos beneficiosos se reducen
a causa del método de la siembra directa.
Andrés Duhour, Jefe de
Trabajos Prácticos del Departamento de Ciencias Básicas, División Biología, de
la UNLu explica que, en sus resultados preliminares, la investigación muestra
una notoria reducción de la fauna del suelo por efecto de la compactación y el
uso excesivo de agroquímicos en el campo, sobre todo en zonas determinadas de
la provincia de Buenos Aires.
“Estamos
trabajando para estudiar los efectos que produce la siembra directa en la fauna
del suelo. Sabemos que está asociada o fue una práctica de manejo del suelo que
se instaló a partir del año 1990, con la idea de que era mejor para el suelo
porque no producía los efectos que ocasionan las labranzas, o sea la remoción,
ruptura del suelo o dejar el suelo al descubierto”, explicó el ingeniero Duhour.
El investigador reveló que “se propuso
como una medida conservacionista por el hecho de que al mantener el suelo
cubierto y no removerlo, de alguna manera se protege de los efectos adversos climáticos y la degradación que produce el uso excesivo”.
“A lo largo de
estos años se ha visto que produce algunos efectos negativos en los suelos y
eso es lo que estamos estudiando. El modelo imperante en el campo, que nosotros
llamamos de agricultura industrial, ha empezado a preocupar cada vez más a la
comunidad científica y en general, teniendo en cuenta el excesivo uso de
agroquímicos, maquinarias pesadas en el campo y los efectos que también se ven
en cuanto a la compactación de los suelos”, indica Duhour al explicar que este método de la siembra
directa es la mayor amenaza para los bichos e insectos que naturalmente habitan
los suelos, luego de investigar durante más de tres años.
Los investigadores tienen
como objetivo relacionar los trabajos sobre la fauna del suelo con el manejo
que se hace en los campos de Luján, General Rodríguez, Cortínez, San Andrés de
Giles, y zonas aledañas.
“Lo que hacemos
es ir al campo, tomamos muestras de la fauna del suelo, la macrofauna, bichos que tienen más de dos
milímetros y pueden juntarse a simple vista desarmando una porción del suelo.
Además tomamos muestras del suelo para hacer análisis físicos y químicos”, comenta el investigador.
“También estudiamos muestras de suelo sin
perturbar para ver los efectos en los poros porque nos interesa relacionar la
siembra directa, con la posible reducción de las poblaciones de bichos y si se
reducen sus efectos, ya sea en el suelo en sí con sus características físicas y
químicas como en los poros que también están asociados con la capacidad de
airear o transmitir agua en el suelo”, detalló el Jefe de Trabajos
Prácticos.
Los bichos que pueden
encontrarse a simple vista son lombrices, gusanos blancos, grillos topos,
hormigas, arañas, ciempiés, milpiés, larvas de lepidópteros, mariposas,
coleópteros y escarabajos de distintas especies.
“Éstos realizan distintas funciones en el suelo: a la vez que
incorporan materia orgánica unen las partículas minerales que tiene el suelo
con las partículas orgánicas, hacen disponibles ciertos nutrientes, producen
galerías porque las raíces de las plantas necesitan tanto los nutrientes como
el agua o el aire del suelo, tienen que respirar las raíces, tienen que llegar
en profundidad para poder alcanzar el agua. Entonces los bichos cumplen una
función que en el manejo del suelo cumplía la labranza (operación agrícola
consistente en trazar surcos más o menos profundos en la tierra con una herramienta de mano o
con un arado). La idea es ver hasta qué punto los bichos cumplen esa función”, explicó Duhour.
Se están
elaborando las principales conclusiones. Las investigaciones se encuentran prácticamente
terminadas. Serán presentadas en el Congreso Nacional de Ecología y Biología
del suelo.
“La hipótesis es que la
actividad de la fauna del suelo y sus efectos se reducen con la siembra
directa. Si bien no se realiza la labranza, la compactación que produce la
siembra directa y el uso excesivo de agroquímicos tienen efectos negativos que
reducen la actividad y a su vez la población y el número de bioporos y macroporos. También el número de agregados que
son resultado del efecto de las lombrices o la fauna. Creemos que se
reducen los efectos beneficiosos que tiene la fauna del suelo”, sentenció el investigador.
“Es importante el tema porque aportamos un
conocimiento de funciones que se realizan en el ecosistema y, de alguna manera,
este trabajo aporta para pensar en prácticas agropecuarias que reduzcan el uso
de agroquímicos y que permitan ampliar la visión del sector agropecuario
respecto de cómo relacionarse con el ambiente y con el suelo, que no es sólo un
sustrato para poner una semillita, sino que también es alojamiento de una serie
de organismos y de vida, que cumplen funciones importantes para la comunidad y el éxito del desarrollo de los
cultivos. Esto tiene que ver con aportar y pensar otras formas del manejo del
suelo”,
reflexionó el director del proyecto.
UNLu - Sede Central Luján-
Octubre de 2016
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